La Torre que Nació Entre Burlas y se Convirtió en Leyenda

En el siglo XIX, un ingeniero llamado Alejandro Gustavo Eiffel estaba conquistando Europa con sus majestuosos puentes de hierro y acero. Uno de ellos, el que cruza el río Duero en Oporto, Portugal, se extendía imponente a lo largo de 160 metros.

Su talento lo llevó a recibir un encargo único: crear una estructura que representara a París. Un desafío de 300 metros de altura que cambiaría su vida… y la historia.

Pero no todos lo vieron así. Las burlas comenzaron:

“Arruinará la belleza de la ciudad” “Nuestra Señora del Chatarrero”

Incluso figuras célebres como Carlos Gounod y Alejandro Dumas (hijo) firmaron protestas. El escritor Guy de Maupassant se fue de París para no verla.

Aun así, Eiffel no se detuvo. Siguió construyendo. Siguió creyendo.

Y cuando la obra se inauguró, dos millones de personas subieron a admirarla en su primer año. Hoy, la Torre Eiffel sigue en pie, símbolo de visión, perseverancia y belleza. Eiffel es recordado como el padre de la construcción en hierro y acero en Francia.

La historia de Eiffel nos recuerda que las burlas no definen tu destino. Si Dios puso un sueño en tu corazón, trabaja, persevera y confía. Él recompensará tu fidelidad y hará que quienes dudaron de ti vean tu victoria.

RECUERDA

• “Las burlas son solo ruido; tu visión es la melodía.”

• “Construye, aunque otros no lo entiendan.”

• “La fe y la perseverancia levantan torres que duran siglos.”